Es obvio que en todos los aspectos de nuestras vidas buscamos siempre lo mas saludable. Hacer ejercicios es algo excelente para nuestra salud y la natación es uno de los deportes más completos que pueda existir. Las piscinas también pueden ser empleadas para fines recreativos, pero sea cual sea su uso mantenerlas de la forma más higiénica posible es lo mejor. En tal sentido existen varias opciones que permiten eliminar bacterias y  gérmenes siendo el cloro la opción  más antigua y común.   No obstante esta opción no es muy beneficiosa para nuestra salud  ya que los productos químicos que contiene

El procedimiento más común para la desinfección del agua consiste en la cloración. El cloro es comúnmente añadido al agua para matar los gérmenes, y en conjunto con el pH constituyen la primera línea de defensa contra los gérmenes los cuales pueden hacer enfermar a los bañistas.  Es un elemento químico natural y uno de los componentes básicos de la materia.  Se produce a partir de la sal común haciendo pasar una corriente eléctrica a través de una solución de salmuera (sal común disuelta en agua) en un proceso llamado electrólisis.  Existen diferentes maneras de emplear cloro en las piscinas

Esta es una forma alternativa de desinfectar una piscina utilizando iones minerales, (en concreto, cobre y plata) en lugar de productos químicos tales como el cloro o el bromo. Este sistema es útil para aquellos que son sensibles a tales productos, o que simplemente quieren mantener su piscina limpia con menores cantidades de productos químicos fuertes.  Un ion es un átomo y/o grupo de átomos cargados eléctricamente  y se encuentran en todas partes, incluso en tu piscina, porque, obviamente, todo está formado por átomos. Los antiguos romanos descubrieron que la plata tiene propiedades bactericidas (mata bacterias), y es bien sabido